Casillas y el karma
Iker Casillas, aquel al que se conoce como ‘el que tanto nos ha dado’, una leyenda viva dicen, pero que se ha convertido en un futbolista venido a menos. En un portero que cuenta sus partidos como noches de pesadilla y no de ensueño, al que ya no se le esperan paradas brillantes, sino que está en el punto de mira en cada encuentro para ver cuando llega su cantada, porque ésta siempre acaba llegando, en eso sí, ya nunca defrauda.
El Oporto se la juega en la Champions y Casillas no defraudó en el partido de ida. Pero no porque salvase a los suyos, sino porque volvió a mostrarse dubitativo en las salidas, impreciso en los bloqueos, en definitiva, volvió a ser el portero que se marchó por la puerta de atrás en el Real Madrid. Porque el karma nunca fue tan justo.
Iker está cansado, se siente perseguido… Y es entonces cuando se viene una pregunta a mi cabeza ¿será caradura? El que dio pie a la peor campaña orquestada jamás a un futbolista: Diego López -compañero suyo en el Real Madrid, para más vergüenza ajena todavía-. El que nunca salió en defensa ni del propio Diego ni de Álvaro Arbeloa. El que no se atrevió a hablar en su momento sobre sus "problemas" con Mourinho, dejando que el Madrid se convirtiese en una guerra de clanes. Él… Él, que se acabó cavando su propia tumba.
Casillas da espectáculo, para mal, dentro de los terrenos de juego, pero también lo da fuera de ellos. El mostoleño no pudo controlarse y mandó dos tweets a El Chiringuito. Está harto, quiere que le dejen en paz. El que fuese ‘niño bonito del fútbol español’ ve como ahora sus afines no tienen argumentos para salir en su defensa. ¡Qué duro es Iker ver cómo te dan la espalda! ¡Qué duro es Casillas que te critiquen día sí, día también! Pues ese infierno antes lo vivieron compañeros, sí compañeros tuyos en el Madrid y tú, capitán por aquel entonces, callaste. Ahora, toma de tu propia medicina.