Con Modric todo es posible
Luka Modric salvó al Real Madrid en el duelo ante el Granada. Su enorme derechazo desde fuera del área evitó un nuevo empate que hubiese supuesto el punto y final del conjunto blanco en esta Liga y permite seguir soñando con la posibilidad de remontar. Sin embargo, las ascendencia del croata en el equipo no se puede limitar al gol ante los nazaríes. Por varias razones, el de Zadar es uno de esos futbolistas insustituibles sea cual sea el entrenador que ocupe el banquillo madridista.
Modric llegó al Real Madrid en el verano de 2012, en la última campaña de José Mourinho en el banquillo blanco. El técnico portugués insistió mucho en su fichaje, consciente de que podía marcar diferencias en el mediocampo madridista. Con su rendimiento en años posteriores, indiscutible para Ancelotti, Benítez y Zidane, el croata ha acabado dando la razón al de Setúbal. El genio de Zadar cuenta, además, con el apoyo incondicional de un Santiago Bernabéu completamente rendido a su descomunal talento. La ovación con la que la afición le despidió del terreno de juego ante el Espanyol es buena prueba de ello.
La campaña pasada, sus dos importantes lesiones lastraron a un Real Madrid que iba lanzado a por todos los títulos posibles. Sin el centrocampista croata, el conjunto blanco fue cayendo poco a poco hasta quedarse sin opciones en las competiciones más importantes. Durante la presente temporada apenas ha tenido percances físicos y ha vuelto a erigirse en uno de los pilares del equipo, junto a futbolistas como Benzema o Bale. Pronto regresa la Champions League, donde habrá que verse las caras con algunos de los equipos más fuertes de Europa, y la Liga está complicada, pero con Modric todo es posible.