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CRISTIANO CALLA BOCAS Y ZIDANE CIERRA BOCAZAS

de Joaquín Maroto

Una cosa es el mapa y otra el terreno. Parecía que el PSG estaba predestinado a conquistar la Copa de Europa. Hasta que topó con el Madrid. Hay dos tipos de equipos: los que van a por los partidos y los que esperan a que los partidos vayan a por ellos. El Real Madrid, y más en la Champions, es el mejor ejemplo de los primeros. En una temporada mala en la Liga y peor en la Copa, ha sacado adelante una eliminatoria en la que muchos le daban por muerto. Error. El Madrid siempre vuelve.

El cruce con el PSG, que ante el Madrid perdió el GPS, deja muchas conclusiones, pero dos muy claras: Zidane es un buen entrenador y Emery no tanto. Resulta que con Mbappé, Cavani y Di María fue un equipo que no supo atacar. El Madrid, con Benzema aún en remojo, atacó más y mejor. Y sólo con Cristiano. Vuelvo a Zidane. Al francés le han molido a palos durante toda la temporada. Y resulta que otra vez ha metido al Madrid en el camino bueno, en la linde de la Champions. Ya está en cuartos otra vez, y ahora ha pasado de ser comparsa a ser favorito. Zidane ha callado muchas bocazas.

Ahora, mientras se despeja el panorama, que pase el siguiente. Hay muchos candidatos al título, pero el Madrid es el primero. Y no va en broma. Lo dicen las apuestas. Esto es lo que ha cambiado tras la eliminatoria en París. Este chute de confianza le va a servir al Real Madrid para creérselo, para superar la angustia de la eliminación en la Copa y el suplicio cada domingo de jugar en una Liga que tiene perdida. El Madrid vuelve a apuntar a la Champions. Y como Zidane levante otra Copa de Europa, a ver qué dicen los que le tachan de pobre alineador, de componedor de onces y de entrenador sin recursos, lento en los cambios y torpe en sus decisiones. A veces el mejor argumento para callar a los críticos es dejarles hablar.


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