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De conos e iconos

de Jorge Calabrés

Piqué ha sobrepasado todos los límites. Al culé, tras comenzar una y otra guerra contra el Real Madrid, se lo ha comido el personaje. Se ha creído más gracioso, más gamberro y más punzante de lo que es. No hay que confundir la libertad de expresión con las faltas de respeto. Llamar cono a un compañero de profesión significa cruzar esa delgada línea que separa las pullas de los insultos. Intolerable para cualquiera menos para un Del Bosque que seguirá protegiendo bajo su paraguas al infantil y maleducado defensa del Barcelona

¡Qué distinto sería si tal menosprecio hubiera sido lanzado por un jugador español del Real Madrid! ¡Y encima ahora no está Mourinho para echarle la culpa de todo! Del Bosque debe tratar a todos por igual. Basta ya de Costas y Piqués. La Selección debe ser ejemplar y no un cortijo. Representa a un país y no solo a los intereses de La Familia creada por El Padrino y sus compinches. 

Arbeloa merece respeto. Es un icono para el madridismo. Un jugador que siempre ha dado la cara y que ha defendido al club blanco por encima de todo. Más Arbeloas, Graneros y Gutis. El Madrid necesita profesionales que paren los pies a Piqué. Ramos, como primer capitán, debería ser quien saliera con más ímpetu a proteger a su compañero. Quería 10 millones de euros y ya los tiene. Ahora es momento de ejercer y no solo de lucir el brazalete. 

Hay que luchar sobre el césped, pero también fuera del campo. El escudo por encima de todo. Piqué se está riendo de todo el madridismo y, además, ahora ha pasado a los insultos. Es hora de que alguien le pare los pies al faltón azulgrana. Un bufón entretiene, pero un grosero merece la repulsa inmediata de todo el fútbol español. 


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