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¿Dónde está mi Madrid?

de Francisco José Reina

Entre 1992 y 2013, el Atlético de Madrid solo ganó 2 de 42 derbis disputados. Entre el año 2000 y 2013, enlazaron 25 derbis sin ganar -23 en Liga y dos en Copa del Rey- con 6 empates y 19 derrotas. Sin necesidad de acudir a hazañas excesivamente pretéritas, con Mourinho como entrenador, ante Barça y Atlético en Liga se consiguieron 8 victorias -entre ellas finales de campeonatos y partidos clave para la consecución de los mismos- 2 empates y 2 derrotas. Desde que el entrenador luso abandonara el Real Madrid, solo se ha logrado una victoria contra Atlético y Barça en 11 partidos (5 puntos desglosados en 1 victoria, 2 empates y 8 derrotas). En los enfrentamientos contra el Atlético de Madrid, desde que se ganara la Décima, el club blanco ha conseguido una victoria, 4 empates y 5 derrotas. De hecho, tras las últimas derrotas y después del 0-1 del pasado sábado, el conjunto del Cholo Simeone se ha convertido en el primer equipo que gana en el Bernabéu durante tres ligas seguidas. Lejanas quedan las sensaciones de superioridad y el orgullo por el equipo que, aun en la agónica derrota, desfallecía en el terreno de juego como consecuencia de la lucha sin cuartel, la entrega y el enarbolamiento de una máxima histórica adherida al nombre del Real Madrid: combatir hasta el final. Envidiosos recelamos del Madrid de baloncesto y su resistencia y oposición a que el escudo sea manchado por una sola gota de degradación y deshonra en comparación al Madrid de fútbol.

Cuán miserables nos verían aquellos hermanos Padrós si sintieran por momentos la desdicha del aficionado madridista de hoy día. Qué pensarían Don Santiago y Saporta de la imagen del club castizo y generoso que fundó la historia del mayor equipo de la historia del fútbol tras ver la desidia en el derbi y la soberbia posterior de los que hoy se erigen como líderes de la plantilla. Las letras de nuestro himno ya no condecoran nobles ni bélicos adalides a honorables caballeros. Las lides ni son lides ni son buenas y mucho menos se celebra con victorias en pos de la defensa del color que nos engalana. Nuestro Madrid, sin nervio ni corazón claudica sin reparo ni vergüenza. En esta temporada, de los enfrentamientos contra el top-five de la Liga, 1 punto de 15 posibles resume la indolencia de una estructura que, a todos los niveles, execra los valores del Madrid fastuoso, aquel que se manchaba de barro, sudor y sangre pero nunca de vergüenza. Qué consideraría Don Alfredo o José María Castell si, año tras año, el Madrid del escudo redondito y las Copas de Europa se instalara en la acriticidad legitimadora de los bálsamos en forma de fichajes estrella y reformas estéticas que perpetúan el fracaso de los valores que hicieron que el Madrid sea el Madrid. Qué pasaría, en definitiva, si los nombres que construyeron el mejor equipo del siglo XX levantaran la cabeza y advirtieran, por momentos, la bifurcación al abismo que emprende (in)consciente el equipo de nuestra vida.


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