EL ACIERTO QUE SALVÓ A ZIDANE EN CORNELLÁ
La derrota ante el Espanyol no pasará factura ante el PSG y a las pruebas del partido de ida me remito. Los madridistas tienen el hándicap de vivir en dos mundos paralelos: Liga y Champions. Ya leo a miles de críticos argumentar, sin ningún tipo de pudor, que Zidane vuelve a hundir el barco.
Paradójicamente, ese barco es una barquita del Retiro en España, mientras que en Europa es un verdadero ‘titanic’. Espanyol y Getafe, respectivamente, son meros entrenamientos para los blancos. Cuando lo fácil hubiese sido apostar por su once de gala para contentar a la afición, los experimentos y las rotaciones fueron la tónica habitual. Ahí está la valentía de Zidane. ¿Y si se hubiese lesionado Ronaldo? Tal y como le pasó a Neymar.
Cuanto antes se asuma que no hay forma de remediar el fracaso en LaLiga los resultados se valorarán de una manera diferente. Cuando uno está acostumbrado a un buen bocadillo de jamón y al día siguiente le dan uno de cecina, evidentemente, no come igual. Así que, si el paupérrimo objetivo del campeón de Liga es clasificarse para Champions deben ceñirse a dicha misión.
En esta insólita tesitura afirmo que perder ante el Espanyol no es grave puesto que no hay nada en juego. ¿Postura inconformista? Sí, pero influenciada por lo que veo. Diplomáticamente hablando, el Real Madrid tiene que ganarlo todo, pero aplicando una lógica aplastante había que ahorrar fuerzas.
El Real Madrid pone punto y final a lo que ha sido su mejora racha de la vigente temporada. Cinco victorias y 20 goles había sido el imperioso bagaje de los blancos en el mes de febrero, mes donde por fin mostró su mejor versión. Finalizo con lo dicho, aquí lo importante es la Champions, tal y como sabe Zidane.