.

El arte de la paciencia

de Nacho Caballero

Las cuatro derrotas con las que el Madrid ha empezado la temporada han despertado las críticas del sector más impaciente de la afición merengue. Una situación bastante similar a la de diciembre de 2014. El Madrid no carburaba y la derrota contra el Barcelona en el Palau alimentó los primeros gritos a modo de hashtag de "Laso dimisión".

El madridismo siempre se ha caracterizado por su exigencia. Algo lógico por una parte. Sin embargo, no se puede traspasar la delgada línea que separa la exigencia de la impaciencia. El Real Madrid concluyó la pasada campaña con un balance de 65 victorias y 15 derrotas, un balance prácticamente idéntico al de los Warriors. Traducido a palabras, el segundo mejor equipo del mundo por delante del subcampeón de la NBA.

Sumando todos los partidos disputados, el resultado son 80 partidos a los que hay que añadir los encuentros tan exigidos que han tenido los internacionales tanto en el Eurobásket como en el FIBA Américas. ¿No es lógico que el Real Madrid tarde en arrancar? ¿No veis normal que la totalidad de la plantilla esté cansada? Sí, lo es.

Estamos a principio de temporada y no se pueden sacar conclusiones de lo poco que hemos visto, ni siquiera con la victoria en Donosti. Es más, el Madrid ha tenido que medirse a equipos de gran calibre como Unicaja, Valencia o el Khimki. Un inicio muy potente para un equipo muy fatigado. Kurtinaitis dijo en la previa del partido ante el Madrid, que es imposible que un jugador esté 12 meses al máximo nivel. No podemos esperar que el equipo responda de la misma manera que acabó la pasada temporada cuando apenas han tenido tiempo para descansar.

Aún hay que ver a Taylor que, por cierto, no tardará mucho en hacer acto de presencia. El ex de Charlotte está llamado a ser el nuevo KC Rivers para Laso. Un jugador que defiende muy bien, aunque debería mejorar su tiro de larga distancia. La baja de Taylor está haciendo mucho daño al equipo, pues la rotación no es tan amplia y no se pueden dar más descansos a los habituales. Una rotación más corta de lo normal que se quiere solventar con la incorporación de un interior más, aunque todavía no saben quién puede ser.

La paciencia es un arte hoy en día y el madridismo debe de ser más comprensivo con un equipo y, sobre todo, con un entrenador que ha colocado al Real Madrid en lo más alto del baloncesto europeo y mundial - dejando fuera a la NBA -. Las críticas prematuras ahora no valen de nada. Ellos son conscientes que no están en su mejor momento. Es solo cuestión de tiempo para que el Madrid vuelva a desplegar su mejor versión. Paciencia.


Otras noticias
PUBBLICITÀ