El colofón a la temporada del Real Madrid
Puede sonar a discurso rácano y conformista, pero no cabe duda de que buena parte de la nota a una temporada depende del botín que conquisten los rivales más acérrimos. La campaña del Real Madrid, con los condicionantes de sobra conocidos, ha terminado siendo satisfactoria con la consecución de una Supercopa de España más atractiva con su lavado de cara y sobre todo, por una liga que se amarró en un esprint final prodigioso.
Sin embargo, si el Atlético de Madrid o sobre todo un F.C. Barcelona en descomposición hubiesen alzado la Champions en Lisboa, es evidente que los logros del Real se hubiesen empequeñecido notoriamente. El balance de esta insólita 19/20 hubiese pasado de ser bueno a menos que suficiente, pero el hilarante papel de los dos españoles que restaban en cuartos de Champions ha sido lo suficientemente paupérrimo como para que ambos se queden en blanco y el fútbol español se ruborice cuando mira al extranjero. El Madrid cayó con claridad ante el City siendo inferior en los dos envites, pero el vecino de El Oso y el Madroño se estrelló siendo favorito en el choque contra el Leipzig y para el título y el Barça quedó marcado de por vida con una paliza histórica que marcará a todos sus protagonistas.
Ahora, con el panorama que se prevé por las circunstancias económicas que atraviesan los clubes, el Real puede sacar más ventaja a sus dos eternos contrincantes: su músculo financiero es más fibroso, ha trabajado mejor en los últimos años, todo apunta a que sendos oponentes afrontan un diáfano fin de ciclo y en la Ciudad Condal, que ya las cuentas estaban de por sí mermadas, se han dado de bruces contra un horizonte que tiene a la entidad sin liquidez, con una directiva más que cuestionada, un entrenador tachado de incompetente y un vestuario acomodado y mandón. El Real Madrid depende de sí mismo para seguir aprovechando su momento.