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El día de la marmota

de Francisco José Reina

Ni la ausencia de jugadores vitales como Marcelo, Modric y Casemiro puede justificar que el Madrid empate en el Bernabéu contra el Eibar. Es más, inexcusable se antoja focalizar la actual afiliación al empate cuando tu equipo, independientemente de la alineación titular, es capaz de ganar sobradamente a todos y cada uno de los equipos que han logrado puntuar contra el Madrid en los últimos encuentros. O eso o la plantilla no es tan buena como aparentemente parece. Inclinándome por la primera opción, y dando por hecho que el plantel de Zidane, concentrado y al máximo nivel, está capacitado para ganar a cualquier rival, toca poner el punto de mira en el verdadero y único rival del Real Madrid: el propio Real Madrid. Y es que el único culpable de la sequía en lo que a campeonatos ligueros se refiere es la propia inclinación al desastre de un equipo negado a aprender de sus errores. No bastó con aquella Liga sentenciada en invierno con Mourinho; no fueron suficientes los tropiezos y la incapacidad de dar los golpes necesarios encima de la mesa con Ancelotti, de igual manera que sucedió con Benítez, ni lo serán a la luz de los hechos en el Madrid de Zinedine Zidane. En todos esos pinchazos sempiternos la conclusión era exactamente la misma que sacaba el técnico francés en la rueda de prensa posterior al partido: la falta de intensidad. Quizás la primera necesidad para subvertir el noviazgo del Madrid con la hecatombe liguera sea cambiar el discurso y analizar en profundidad los problemas. Más aún cuando a día dos de octubre, y sin enfrentarnos a Atlético de Madrid, Barcelona, Sevilla y compañía, el Madrid lleva perdidos seis puntos y cuatro de ellos en casa. El parón de selecciones no posibilitará el debate, no por falta de tiempo sino por falta de agallas. El día de la marmota madridista parece no tener fin y a nosotros, que llevamos viendo al Madrid partido tras partido en los últimos años en Liga, no nos sorprende. A favor, haciendo un esfuerzo por no ser innecesariamente negativo, queda la prontitud de la repetición del error y la mínima distancia de puntaje que clasifican hoy a los cabezas de la Liga. ¿Aprenderemos esta vez?


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