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El hilo conductor

de José Luis Pizarro

El madridismo, aquí también en Cataluña, se alegra hoy más que nunca de tener de nuevo en nuestro calendario de verano el Trofeo Santiago Bernabéu. Una copa con historia por su prestigio, por su nombre, por su significado. La maniobra del club de volver a recuperarlo después de la ausencia del año pasado ha sido magistral, pero he reconocer que, como madridista, me ha tenido en ascuas hasta que se confirmó la noticia.

El torneo del Real Madrid no es un simple partido amistoso. Hoy más que nunca se requiere de inputs madridistas y que hagan afición. Sobretodo a los hinchas locales, los que llevan en volandas al Madrid cada vez que juega en casa y los que llevan poblando hasta la bandera el estadio de la Castellana, que desde hace 68 años es el símbolo deportivo de la ciudad de Madrid y uno de los puntos de peregrinaje de España. No haber tenido este año el Trofeo Bernabéu hubiese sido un feo muy grande al público del Real Madrid, un agravio que la parroquia blanca no hubiese entendido. Y ese mal sabor de boca creo que esta vez hubiera durado tiempo.

El rival, el Galatasaray Istambul S. K., sinceramente, es lo de menos. Las entradas llevan días agotadas y no es precisamente porque los 'leones' de Turquía levanten una expectación extraordinaria. El aficionado del Real Madrid quiere ver a su equipo, alentarlo, respirar el ambiente madridista, conocer a los nuevos fichajes. Y lo quiere ya. En definitiva, lo que siempre ha sido el Madrid: el verdadero equipo del pueblo, de las gentes, el de España, el de todos. Por lo que el equipo dirigido por Hamza Hamzaoğlu aterrizará el martes en el nuevo tapete verde de Concha Espina para ser la primera víctima del rugido de la grada merengue y de un nuevo Madrid que ilusiona por su solidez y por su acento español en el banquillo.

Un mismo acento que ha de perdurar como el hilo conductor de las emociones, sea cual sea nuestro ámbito de influencia. Seremos más universales cuanto más españoles y más trofeos Bernabéu se sigan celebrando. Cuanto más contemos con los mejores peloteros nacionales y cuantos más guiños le demos a nuestra afición de carne y hueso, la que no falla nunca a la hora de honrar a nuestro gran patriarca Don Santiago Bernabéu y la que, por ende, defiende a capa y espada -y en su gran mayoría- a el gran y más honesto sucesor Don Florentino Pérez. 

Como dijo el político, periodista y diplomático colombiano Alberto Lleras Camargo, "un pueblo sin tradición es un pueblo sin porvenir".


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