El mal de ojo y la encrucijada de Zidane
La felicidad dominical tras la goleada al Leganés, la renovación de Cristiano y la vuelta de Modric ha durado menos de 48 horas. Este martes se confirmaba la lesión ósea de Kroos que le mantendrá fuera de los terrenos de juego seguramente hasta 2017. El alemán se perderá seguro el derbi y el Clásico y tiene muy pocas posibilidades de llegar en condiciones para el Mundial de Clubes que pondrá el broche final al año. Ahora que la enfermería blanca comenzaba a vaciarse, Zidane sufre un nuevo varapalo y tiene por delante una importante encrucijada.
Ante el Atlético, Zidane tendrá que reinventarse. No hay un '5' sano. Casemiro aún no toca balón y aunque llegara su titularidad es una quimera después de llevar en el dique seco desde el 18 de septiembre. El pivote ha sido un puesto clave en el esquema del galo desde que diera con la tecla la pasada temporada. Así se ganó La Undécima y se ha cuajado los mejores partidos. Sin embargo, sin Kroos ni Casemiro y con Llorente haciendo la mili en Vitoria, toca hacer una reconversión forzada o cambiar el sistema a un 4-4-2 con el peligro que ello conlleva y quizá teniendo que sacrificar a uno de los miembros de la BBC. El Madrid necesitará músculo en el centro del campo y de los medios disponibles ni Modric ni Kovacic, ya ni hablamos de Isco, Asensio o James que son mediapuntas, parecen ser una buena solución. Zidane, que a pesar de tener una Champions en su palmarés afirma que sigue con su máster particular y aprendiendo cada día, tiene ante sí la prueba más difícil desde que es entrenador del Real Madrid.
Las lesiones se están cebando con el equipo blanco. Con el fichaje de Pintus y una planificación cuidada al detalle por técnico francés se esperaba un fuerte descenso de estos imprevistos. Sin embargo, eso sirve para los problemas musculares no para los óseos. Así que antes de que algunos filósofos echen la culpa a Zidane e intenten vender la burra con vehemencia pero sin argumentos, habrá que decir que el único responsable de la lesión de Kroos es Mateu Lahoz y su permisividad con el juego duro del Leganés. Dicho esto solo queda que el mal de ojo se vaya lejos de la capital de España aunque para ello Florentino Pérez tenga que incorporar a unos santeros a la nómina de Sanitas.