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En vilo por Cristiano

de Jorge Calabrés

La irregularidad del Real Madrid durante la temporada ha sido el mayor lastre del equipo blanco tanto en Liga como en Champions, donde se vio obligado a una remontada histórica ante el Wolfsburgo. Sin embargo, Zidane parece haber corregido ese defecto adquirido por los jugadores y se asoma a la parte final de campaña cumpliendo con las expectativas en cada partido. El Villarreal era una prueba de fuego para el Madrid. Y respondió con nota el conjunto merengue. 

Además de la fortaleza de un rival como los de Marcelino, el equipo de Zidane peleaba contra la ansiedad de necesitar la victoria después de que Barcelona y Atleti hubieran hecho los deberes en Riazor y San Mamés respectivamente. Contra el submarino amarillo se pudo ver a un Real Madrid serio e intenso. La fiabilidad lograda lanza a los blancos que aún aspiran al doblete, aunque la Champions sigue siendo el gran objetivo.

La moral del Madrid está por las nubes, aunque Zidane se encarga de poner los pies en el suelo a una plantilla dada a las escapadas mentales. La baja de Casemiro en Vallecas, por sanción, y, sobre todo, las molestias de Cristiano en la parte posterior del muslo derecho son las malas noticias que llegaron con la medianoche. El luso está en su mejor momento y el madridismo vive pendiente de la resonancia que se le realizará mañana. La cara de preocupación de Zidane acongoja a escasos seis días del primer partido ante el City. Por si acaso, los madridistas ya se encomiendan a todos los santos. La 'fe cristiana' mueve montañas, pero sobre todo gana partidos y títulos. 


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