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Florentino Pérez, 'El lobo de La Castellana'

de Jorge Calabrés

Florentino Pérez presentó las cuentas de la temporada 2013/2014 con ese aura de ser superior que un día bien definió Butragueño. El presidente del Real Madrid no solo ha conseguido volver a elevar al club a los altares gracias a una impecable gestión económica, sino también instaurar la paz social tras una etapa convulsa y llena de altibajos en la que hasta socios del Atlético votaron en una Asamblea General.

Por lo que se refiere al plano deportivo, los resultados hablan por sí solos y ahí también ha conseguido aprobar tras la conquista de la 'Décima' y la Copa del Rey la pasada temporada. Florentino también tiene sus cosas malas, como todos, pero en el cómputo general se puede afirmar que el Real Madrid no podría tener un presidente mejor en los tiempos que corren. Aunque eso no debe hacer caer a la afición en la autocomplacencia y debe seguir exigiéndole como lo que es, el dirigente más válido y competente de todo el fútbol internacional. 

Mientras en Barcelona los presidentes acaban en el banquillo tras una ingeniería económica de dudosa legalidad, el Madrid puede presumir de cuentas y de una nueva 'Orejona' en su sala de trofeos. La montaña rusa permanente que es el club blanco hace que a veces no se sepa digerir ni valorar los éxitos como se merecen, pero quizás ello sea una condición intrínseca del que ha sido, es y será el mejor equipo del mundo. 

Con el paso de los años Florentino Pérez también ha conseguido el más difícil todavía, que el Real Madrid venda caro y no regale jugadores como ocurría hasta hace bien poco. Los traspasos de Di María, Özil e Higuaín confirman que el modelo económico - deportivo de 'El lobo de La Castellana' va puliendo los defectos que tuvo en su primera etapa, allá por principios del siglo XXI. 

Los 603,9 millones de euros de ingresos suponen un nuevo récord mundial, algo solo al alcance del Real Madrid con una gestión eficaz y competente en todas las áreas. José Ángel Sánchez es el otro cerebro que cuenta la entidad de Concha Espina, es el hombre de club, el del trabajo diario en los despachos. Su labor, más en segundo plano y lejos de los focos, no debe pasar tampoco inadvertida para los madridistas. JAS es otro de los galácticos de un Florentino Pérez al que hay que agradecer que haya eliminado cualquier posibilidad de que el Real Madrid pasara algún día a convertirse en SAD. Algunos, que ya se frotaban las manos en el año 2000 y que volvieron a esperanzarse durante el mandato de Calderón, todavía no se lo perdonan.   


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