Anatomía de un derbi vergonzoso
El último derbi entre el Atlético y el Real Madrid en el Metropolitano dejó mucho que analizar. En primer lugar, el parón que hubo de 10 minutos, buena actuación del árbitro ahí, por culpa de unos energúmenos que se dedicaron a tirar objetos a Thibaut Courtois después del gol de Militao. Simeone dice que "la gente no se enoja sola" y que los protagonistas no ayudan cuando provocan, pero se le olvida comentar que el portero belga estuvo escuchando cánticos de "Courtois muérete" antes de los incidentes. El 'Cholo' ya no se acuerda de sus provocaciones al público rival, la culpa parece ser ahora de la víctima que se juega su integridad física por celebrar un gol. Surrealista. El comportamiento del Atleti ayer fue el reflejo de un club sometido y atemorizado por un grupo ultra al que parecen no poder, o no querer, enfrentarse.
Al margen de los bochornosos incidentes, el empate de Correa en el descuento dejó un malísimo sabor de boca a los madridistas, que ya se veían a un punto del Barça y cinco por encima del Atlético. Gran oportunidad perdida por culpa, en gran medida, de los cambios. Ancelotti quitó a Rodrygo y Vinicius, según él fue por "cansancio", y echó al equipo atrás, dando alas al equipo rival, al que sí se le veía con ciertos problemas de agotamiento y de inoperancia en ataque. Además, los hizo en el 83', demasiado tarde. Mala ejecución de Carletto a la hora de querer cerrar el partido.
Asimismo, cabe señalar la actitud de Vinicius, que no protestó ni se vio envuelto en ninguna discusión innecesaria, con un Metropolitano que simplemente se limitó a pitarle. Y por supuesto, destacar a Fede Valverde, MVP del encuentro. Estuvo en todas las partes del campo y generó mucho peligro sobre el arco rojiblanco. Otra actuación increíble la suya. Bellingham también estuvo muy bien, Militao se vistió de delantero para marcar y Endrick debe salir más tranquilo al campo y mirar al compañero en los contragolpes. Lo cierto es que el Real Madrid mereció ganar, pero no supo matar el partido y se quedó con la miel en los labios (ya son dos derbis seguidos los que empata el Atlético en el descuento).