Ancelotti tiene razón: la culpa es suya, pero no toda

Debacle total en el derbi madrileño. Todas las dudas que podíamos tener los madridistas acerca del Real Madrid florecieron en el Civitas Metropolitano. La falta de delanteros, la debilidad defensiva y, para colmo, Kepa no es Courtois. Tampoco lo pedimos. Debemos ser conscientes de que el mejor portero del mundo lo es con mucha diferencia con respecto al segundo. Las costuras del equipo se abrieron anoche por completo con un Atlético que no hacía más que seguir tirando del hilo para deshilachar la red madridista. El claro señalado es Carlo Ancelotti.

"Mi culpa", interrumpió Ancelotti a un periodista que aún formulaba la pregunta: "¿Quién es el culpable de esta derrota?". Poner a Kroos de pivote en un escenario como el del derbi es dar un paso tras otro mientras te aproximas al acantilado. Y, al final, cayó. Simeone también lo evidenció en una nueva victoria personal frente al transalpino, que no aprende de los errores pasados. 

Pero no todos los focos deben alumbrar a un solo culpable. Ancelotti miró al banquillo y se dio cuenta de que solamente Joselu y Brahim eran jugadores de corte ofensivo. En un triple cambio dio entrada a Mendy, Nacho y Tchouaméni. Y es que la plantilla del Real Madrid da para lo que da. No hay suficientes jugadores de ataque y, sobre todo, una referencia clara sin Vinicius que suponga una amenaza real para el rival. Rodrygo continúa en su oasis particular, Joselu no es Benzema -ni llegó para ocupar su rol- y sin Vinicius este equipo se tambalea.

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