Camavinga manda un mensaje a Ancelotti
De la remontada del Real Madrid ante el PSG se pueden sacar muchas cosas en claro. La primera, y la más obvia, la hegemonía y el aura especial de los vikingos en Europa. La segunda, que Carlo Ancelotti fue decisivo con los cambios tempraneros de Camavinga y Rodrygo (a los cuatro minutos de estar sobre el terreno de juego llegó el primero de Benzema). Otra de ellas, que el centro del campo necesita un cambio.
Sí que es cierto que no se puede hablar de la heroicidad de la remontada sin mencionar las ausencias por acumulación de tarjetas amarillas de Ferland Mendy y Casemiro, lo cual obligó a una reestructuración en la medular. Toni Kroos, que debió de estar al 100% para jugar (Ancelotti dijo que si estaba al 95% no jugaba), ocupó la posición de ancla que suele ostentar el brasileño con puño de hierro. Luka Modric y Fede Valverde completaron un medio que sufrió, además, por la inoperancia de Marco Asensio en la presión. Ello obligaba al croata -sí, tiene 36 años- a multiplicar sus esfuerzos arriba y abajo para acudir al quite.
Las cosas no estaban funcionando bien, y Mbappé ya había anotado el primero. Entonces llegó la sorpresa de 'Carletto' con un doble cambio con Camavinga y Rodrygo como los elegidos. Y fue el punto de inflexión en el camino a la remontada. Sobre todo porque la presencia y dinamismo del francés liberó de funciones defensivas a un Modric que creció en magia ofensiva. Ello no quita que todavía tuviera fuerzas para bregar ante Messi tras aguantarle una carrera por banda. Camavinga y Valverde parecen entenderse bien en el césped aún sin conectar entre ellos de manera asidua. Ambos son un pulmón, y hacen más fácil las cosas para 'los que tienen más calidad'. Que se entienda la frase. Pocos están a la altura de Luka Modric y Toni Kroos en cuanto a técnica, pero si son los dos los que tienen que ser el punto medio de presión tanto en ataque como en defensa, el equipo sufre.
¿La solución? Casemiro cuando esté disponible siempre que ocupe su zona, y que en el medio converjan una mezcla de esa técnica más experimentada y depurada de la mano de Kroos o Modric, y a su lado la alegría y potencia física de los jóvenes Camavinga o Valverde. El cóctel perfecto hacia la gloria del futuro (¿presente?).