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Dosis de realidad

de Daniel Cayetano
Real Madrid

La última victoria del Real Madrid frente al Valencia dejó varias dosis de realidad. La primera fue la utilidad de Marco Asensio. Con su golazo, el balear demostró una vez más que, cuando se pone, puede ser un jugador muy útil para el equipo. Cuando se anima y busca portería, el mallorquín es un futbolista muy a tener en cuenta en ataque. Cuando le da por ser más vertical y más incisivo en la faceta ofensiva, puede ser un arma muy aprovechable. Pero claro, debe mantener la constancia, como está haciendo en estas últimas semanas desde el partido de Copa en La Cerámica.

La segunda dosis fue el excelente estado de forma de un Dani Ceballos que sigue pidiendo a gritos su renovación. Anoche se sumó también todo el Bernabéu. El templo blanco coreó su nombre y le pidió que se quedase. La afición se une así al mensaje que está lanzando el utrerano desde el terreno de juego: que puede dirigir perfectamente al Real Madrid en el futuro. Estamos viendo nuevamente al jugador que asombró en el Betis; un centrocampista que puede aparecer por todas las partes del campo, que se sacrifica en defensa, que saca la pelota jugada con criterio, que hace gala de una calidad increíble... En cuanto ha tenido minutos y ha decidido jugar rápido, a pocos toques, Ceballos ha empezado a demostrar el pedazo de futbolista que es. Ancelotti ve clara su renovación, la afición también, el sevillano se muestra receptivo... Renovación clara.

La tercera dosis de realidad fue la preocupante escalada de agresiones contra Vinicius Junior. El delantero madridista fue objeto de una durísima entrada de Gabriel Paulista, que se desentendió del balón para pegarle una fea patada sin sentido y sin venir a cuento. El zaguero del Valencia fue expulsado, y veremos a ver si acarrea una sanción extra. El defensa che ensució lo que estaba siendo un partido tranquilo, y puso en evidencia la persecución contra Vini. Ancelotti explicó que seguramente fuera fruto de la "frustración", pero a Parejo se le aplaudió en La Cerámica cuando también le hizo una dura falta por detrás, en Vallecas se festejó cada entrada sobre él y la sensación es que el brasileño tiene una diana en su espalda. Y cada vez que le pegan, es motivo de alegría porque la culpa es suya y del Madrid. Mientras, LaLiga se mantiene impasible. Manda coj***.


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