El Balón de Oro, ese premio que no gana el mejor jugador del mundo
28 de octubre de 2024. Es el día en el que cambió algo en el mundo del fútbol. Quizá, por vez primera, el Balón de Oro se arrebató de los dominios del mejor futbolista del mundo. Una contradicción en sí misma. Porque, ¿qué es este premio si no el reconocimiento de un fútbol superior? Lo peor de todo esto sea, quizá, que ese chico que un día soñaba con ganarlo uno o dos años más de lo que lo haría en un principio, se lo hayan quitado de las manos; como un caramelo a un niño en la cabalgata de reyes. Vinicius ya se veía con ese esférico bañado en dorado sobre sus manos. Esas de las que le han arrebatado su sueño.
Rodri es solo una víctima más en todo este entramado. Porque no pesa solo el que algo te quiten, como el que te den algo sabiéndote un elemento más de conveniencia para los promotores del premio. Y el del Manchester City es un crack. Los españoles le debemos mucho de la Eurocopa, y encima cae bien; algo que no casa con todo el mundo con Vinicius. Pero el jugador del Real Madrid no es el primero ni probablemente el último en vivir la injusticia de primera mano. Que se lo digan a Raúl ante aquel Owen. Y cuántos grandes jugadores nunca han visto recompensado su fútbol. Sergio Ramos, Xavi Hernández, Fernando Torres... Y un largo etcétera que no hacen más que evidenciar la falta de credibilidad de un Balón de Oro que no es más que fachada.