El Real Madrid no vende filosofía barata

El Real Madrid está en otra final, a un partido de cosechar su segundo título de la temporada después de la Supercopa de Europa levantada en agosto. Con un Courtois excelso, un Benzema que va mejorando poco a poco y con un Toni Kroos que va de exhibición en exhibición mientras amenaza con privarnos de su maravilloso fútbol más allá del 30 de junio. 

Ahora bien, las sensaciones que transmite este Real Madrid como colectivo no son nada buenas. Ya antes del Mundial, el equipo de Ancelotti encadenó varias actuaciones dudosas, con la derrota en Vallecas como punto más bajo. La vuelta de Catar se le está haciendo muy dura al conjunto blanco, con dos victorias sin alardes ante el Valladolid y el Cacereño, y con una derrota en Vila-Real más preocupante por la imagen que por el resultado en sí. En esas se plantaron los madridistas en la semifinal de Supercopa de España contra un Valencia que puso contra las cuerdas al Real Madrid, hasta el punto de tener que decidirse el encuentro en la tanda de penaltis.

Así pues, hay dos formas de analizar la situación del Real Madrid ahora mismo: viendo el vaso medio lleno o medio vacío. Porque sí, los blancos están vivos en todas las competiciones y a un solo partido de levantar otro título; pero las sensaciones recuerdan a las de aquella fatídica temporada 2014-15, que casualmente también fue la segunda de Carletto en el banquillo. Eso sí, supongo que todo el madridismo firma seguir cosechando títulos independientemente de las sensaciones que despierte el equipo. Y es que aquí, en el Real Madrid, lo más importante es ganar sin importar el cómo. Nosotros no tratamos de vender filosofía barata y, por eso, somos el club más laureado de la historia.