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El relato sobre el buen juego del Real Madrid

de Diego Rivero Mosqueda
Real Madrid

Desde el principio de la humanidad se han creado varios relatos históricos que no se han podido cambiar hasta pasados siglos. Bulos incluidos como el de que Julio César fue emperador y realmente fue un dictador, u otros como que al Real Madrid siempre le favorecieron en Europa en la década de los años 50 cuando nuestro país tuvo la menor influencia en el continente de nuestra historia. El desarrollo de los pueblos se nutre de su conocimiento y sus avances sociales y culturales, que, por otro lado, parece que en España cuesta lograr tener. El equipo blanco siempre ha sido el orgullo deportivo de este territorio, y es que parece que siempre ha calado socialmente que ganamos por factores externos a nosotros, ya sea por ayudas o suerte. Nunca se nos considera “el mejor equipo” ni tampoco que juguemos bien, y siempre se recuerda al Milan de Sacchi, la Alemania de Beckenbauer, la Brasil de Pelé o el FC Barcelona de Pep Guardiola, siendo esos últimos peores que el Real Madrid de las tres Copas de Europa consecutivas de Zinedine Zidane y compañía. La flor, como se denominó a aquella etapa, tiene un valor nulo si nos dedicamos a estudiar el camino de la victoria, pero realizar este paso es harto complicado para los ‘antis’.

El buen juego del Real Madrid es ganar, es ser más grande si cabe y conseguir hacer felices a miles de millones de personas. Tocar por tocar y darle cariño al balón está muy bien, pero el balón dentro de la portería y el trofeo final es lo que verdaderamente se queda en la retina de los aficionados. El equipo blanco, desde Santiago Bernabéu a Florentino Pérez, no ha dejado de hacer historia, de crear recuerdos y de establecer una grandeza ilimitada, que nadie podrá cambiar.


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Domingo 28 abril
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