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El submarino amarillo torpedeó el talón de Aquiles del Real Madrid

de Daniel Cayetano
Carlo Ancelotti, Real Madrid

Desde el primer minuto, el Villarreal mostró claramente su estrategia: presionar arriba al Real Madrid e intentar robar balones en campo contrario. Una estrategia que, sin desmerecer el enorme trabajo del conjunto amarillo, contó con la ayuda de la zaga madridista y de Tchouaméni, que salieron al césped de La Cerámica empanados, firmando varias pérdidas de balón sin apenas oposición. Pérdidas gratuitas e impropias de jugadores de su calidad que, tras varios avisos, los merengues terminaron pagando muy caro.

No hay duda de que cuando el balón no pasa por Kroos y/o Modric, los blancos tienen problemas. El Villarreal supo anularles durante la mayor parte del partido y dejó que la defensa del Real Madrid y Tchouaméni intentaran sacar el balón bajo presión. Una decisión acertadísima. Mendy, Rüdiger, Alaba, Militao y Tchouaméni regalaron varias posesiones y firmaron un encuentro muy flojo. Gran parte de las acciones de peligro del conjunto castellonense llegaron tras robo en tres cuartos de cancha. El submarino amarillo torpedeó el talón de Aquiles del Real Madrid hasta que hundió a los madridistas y, como comentó tras el partido, Ancelotti debe seguir trabajando en ello para evitar que más equipos percutan sobre ese talón, y para que Tchouaméni y su defensa mejoren la salida de balón o pierdan el miedo a pegar un pelotazo largo. Carletto tiene trabajo para los próximos días.


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