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Entre el Real Madrid y la selección española, yo lo tengo claro

de Diego Rivero Mosqueda
Estadio Santiago Bernabéu

La representación y el sentimiento de un país va más allá del fútbol, y trata más sobre la cultura y la historia que sobre un deporte que se utiliza más para separar que para unir. El Real Madrid siempre fue todo lo contrario, la herramienta de fraternidad, y el club que recoge el concepto de universalidad y nacionalismo -el bueno- para elevarlo a la máxima potencia posible. No es así la selección española, al menos la vuestra. La mía es otra cosa, y no es la que animáis, ni tampoco la que vende la prensa en contra de mi equipo, que nunca ha hecho daño a nadie. Mis conceptos, al igual que los que prefieren dejarse el grito en cada gol de una camiseta sucia y empañada con vergüenza, son meramente individuales.

La herramienta de la prensa para atacar al Real Madrid, con el beneplácito de una federación corrupta de arriba a abajo y que solo el Athletic Club junto a los blancos se empeñan en denunciar. Así es la selección, y no seré menos español por no animar algo que no me representa a ningún nivel. Ni siquiera los jugadores madridistas me hacen cambiar de opinión, y es que, pese a que me alegraré como el que más por su éxito, no seré uno más. Entre mi club y este concepto tan en contra de una de las cosas irreemplazables en mi vida, me quedo con lo segundo. 

Tampoco animaré a Inglaterra, pues mi odio social e histórico me impide gastar ni un segundo en intentar desearle lo mejor a una región que nunca nos ha ayudado ni acompañado en nada. Que gane el mejor, que pronto llega el Real Madrid, lo que verdaderamente importa.


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