Hasta siempre, Toni
Llegaste para desempeñar una difícil misión: suplir a otro genio como Xabi Alonso. Un jugador parecido a ti, que también destacaba por su elegancia, su toque de balón, sus pases, su visión de juego... No lo tenías nada fácil, pero acabaste pasándote el juego y convirtiéndote en leyenda, en el mejor 8 de la historia del Real Madrid. Ese carril no volverá a ser lo mismo sin ti, Toni, que lo sepas.
El comandante en jefe del imperio blanco ha decidido ceder su bastón de mando y su brújula a las nuevas generaciones después de una trayectoria impresionante a la par que inolvidable. ¿Quién nos guiará ahora? ¿Adónde hemos de mirar ahora que nos hemos quedado sin nuestro faro?
No hablaré de tus títulos, puesto que tu legado va mucho más allá. Me quedo con ese temple, con esa inteligencia y con esa precisión que demostrabas en cada partido. Jamás hubo, ni seguramente haya, nada parecido. ¿Cómo es posible aunar tanta determinación y tanta imaginación? ¿Cómo es posible adelantarse al juego de esa forma, que no te atropellen las prisas, y poner el balón con tanto mimo en el espacio y en el momento adecuado?
El fútbol hoy es menos fútbol sin ti, Toni. Continuará existiendo y se seguirán sucediendo las distintas competiciones y partidos... Es lo natural. Pero has marcado un paréntesis imborrable en la línea temporal de este deporte e, incluso, en nuestras propias vidas. Los madridistas te damos las gracias, y siempre estaremos agradecidos, por haber puesto tu talento a disposición del Real Madrid, y por la profesionalidad y la entrega que has demostrado desde tu llegada al club. Que suerte haberte visto jugar y qué rabia no haberte podido disfrutar un poco más. Pero quién soy yo para decirle a un genio lo que debe hacer. Humildemente, con el corazón en la mano y roto en mil pedazos, solo puedo decirte que gracias por tanto y que jamás olvidaré lo que has hecho por el fútbol y, en concreto, por este equipo, porque si por algo este deporte y este club son de lo mejor del mundo, es también por futbolistas y personas como tú.
Hasta siempre, Toni.