Hay que hacer todo lo posible

Tenemos que hablar de Iker Bravo, madridistas. Es evidente que ha sido protagonismo por ciertos asuntos extradeportivos, pero también lo es que si no hubiera tenido la calidad que tiene seguramente no estaría ya en el Real Madrid. En el club han hecho todo lo posible por él, y en muchos casos no ha estado a la altura. Tuvo sus más y sus menos con un Raúl González que no lo ha querido casi desde el principio en el Castilla. Es por eso que su gran salvador, Álvaro Arbeloa, pidió al club que lo dejasen en su mano.

No confiaba mucho en Iker Bravo y menos después de su expulsión en Valladolid. Creo que era uno de esos delanteros que podían destacar más por su ego que por su calidad sobre el césped. Uno de cientos. Después de ese momento estuvo más fuera que dentro, de hecho hubiera sido lo mejor en ese momento para el Real Madrid, pero fue ahí cuando despertó.

TODO DEPENDE DE ÉL

Pude ver el partido contra el Union Berlin de la Youth League y lo cierto es que Iker Bravo me sorprendió para bien. Más allá del doblete, noté a un jugador motivadísimo sobre el terreno de juego. En la segunda parte, y después de anotar su segundo tanto, perdió un balón y fue el primero en correr hasta prácticamente su línea defensiva para robarlo de nuevo. Lo hizo bajo la atenta mirada de más de 20.000 espectadores. Todos ellos comprobaron que el Real Madrid tiene un diamante en bruto.

Por si todo eso fuera poco, se abrazó con Arbeloa es una imagen que simboliza el perdón y la máxima confianza del club. Álvaro se ha partido la cara por él en todo momento y ahora es cuando está respondiendo. Si Iker Bravo quiere, tiene cualidades para hacer carrera en el Real Madrid: todo depende exclusivamente de él.