La paradoja Jovic

Si un delantero de solo 21 años anota 27 goles entre todas las competiciones jugando en un club modesto como el Eintracht Frankfurt, es lógico que media Europa se interese por él. Eso es lo que pasó con Luka Jovic en verano de 2019, cuando el Real Madrid desembolsó 60 millones de euros por un futbolista que parecía llamado a ser uno de los '9' del futuro. El coste del traspaso puede que ya pareciera algo exagerado por aquel entonces, pero teniendo en cuenta la competencia (el Barcelona y el Bayern Munich, entre otros clubes, también lo querían), la edad del jugador (y por tanto el potencial que se le presuponía), la escasez de otros delanteros jóvenes de nivel (Haaland no había explotado aún) y que lo que más caro se paga es el gol, tampoco parecía una locura.

Tres años después de aquella operación, podemos asegurar sin temor a equivocarnos que el de Luka Jovic por el Real Madrid ha sido uno de los peores fichajes de la historia del fútbol en cuanto a la relación calidad-precio. Apenas tres goles anotados con la camiseta blanca es el pobre bagaje que deja el balcánico. Sin embargo, y aunque parezca paradójico, no me sale culpar al club por el fracaso del serbio precisamente por lo que he comentado anteriormente. El de Jovic era un fichaje que casi toda la afición apoyaba y pedía a gritos en 2019. Las cosas no han terminado saliendo como se esperaban, pero hace tres años era un movimiento que tenía sentido.

Ahora, 36 meses después de aquello, el Real Madrid prácticamente regala al delantero a la Fiorentina. Veremos si en Italia recupera el nivel que mostró en su día y que le llevó a figurar en las agendas de los grandes clubes de Europa. En su mano está, pues solo tiene 24 años, pero para ello deberá cambiar radicalmente esa actitud pasiva que ha exhibido cada mañana en Valdebebas.