La realidad mata al relato
El Real Madrid demostró anoche que está a años luz del FC Barcelona. Los de Ancelotti no solo golearon con un 4-1 sonrojante en una final a su eterno rival, sino que encima lo hicieron jugando a medio gas. Porque esa es la sensación que transmitieron los blancos en todo momento.
Quizá por reservar esfuerzos para un calendario que se vislumbra infernal, quizá por el cansancio acumulado por la prórroga contra el Atleti. No sé muy bien por qué, pero el Real Madrid no quiso hacer sangre. No jugó al cien por cien. Bellingham, Rodrygo o incluso Vinicius caminaban más que corrían. Y con eso, bastó y sobró.
Pero tranquilos, no tardaremos en leer a los culés en redes sociales intentando vender su relato. Ese que dice que Araújo es el mejor central del mundo y que tiene comida la moral a Vinicius (hay que reírse). Ese que dice que Lamine Yamal va para Balón de Oro. Ese que dice que Pedri es mejor que Jude Bellingham. Ese que dice que Xavi Hernández es el nuevo Guardiola.
En fin, mientras ellos viven en Narnia, el planeta fútbol ha visto la cruda realidad. Que el Real Madrid está a años luz como equipo y como institución.
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