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La Superliga es la cura de un fútbol enfermo

de Daniel Cayetano
Florentino Pérez, Real Madrid

Que el fútbol está perdiendo interés es incuestionable. No hace falta más que mirar los últimos estudios. Según el informe de la consultora Toluna, publicado en el mes de septiembre, solo el 13% de los espectadores españoles se interesa por todos los partidos y un elevado 51% declara que prefiere quedarse sin ver a su equipo favorito si surgen otros planes mejores. Además, lo que es aún más preocupante, el 40% dice "aburrirse cada vez más" con el fútbol.

El deporte rey está siendo derrotado en la batalla frente a otros entretenimientos y algo hay que hacer. Las grandes ligas ya se han posicionado a favor del monopolio de la UEFA y seguirán permitiendo que gran parte de los ingresos, y entradas en finales, vayan a terceros que luego se desentienden de los equipos. Pocas ayudas propuso el organismo europeo cuando hubo que cerrar estadios y el fútbol se paralizó por culpa de la pandemia del coronavirus. Solo un plan de rescate de 6.000 millones de euros que llegó año y medio tarde, y a modo de préstamo con intereses; aunque bajos. 'Te ayudo, pero me lo devuelves después'. Tiene tela. Y es más, su presidente Alexander Ceferin se subió el sueldo 450.000 euros en plena crisis sanitaria. ¿A esta institución defienden las ligas? Quizás porque son iguales y forman parte del mismo entramado.

Mientras, el coste del fútbol ya supera los 100 euros al mes en España. Una cifra desorbitada en los tiempos que vivimos. Pues normal que haya gente que pase y prefiera ver otras cosas. Pero hay que seguir creyendo que todo va bien y que la Superliga es un invento de barra de bar, cuando en realidad se trata de la solución a un problema acuciante.

El pilar fundamental del proyecto es que paguen los que más dinero tienen: inversores. Estos, con partidos más sugerentes, llegarán a un público mayor, y más aún si encima se ofrece fútbol en abierto. A más aficionados, más publicidad y más ingresos, siendo grandes empresas las que financien este deporte, y no los seguidores. Y cuánto más dinero dispongan los clubes, modestos incluidos con el pack de ayudas (sin intereses) que ofrece la Superliga, mejores estadios, mejores fichajes... ¡Mayor espectáculo! La solución está clara, pero hay muchos que no quieren perder sus privilegios. Sin embargo, la revolución es inminente. Y el Real Madrid, como en todos los grandes avances en la historia del fútbol, estará ahí.


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