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Las terceras oportunidades nunca fueron buenas

de Diego Rivero Mosqueda
Kylian Mbappé, PSG

El culebrón sobre Kylian Mbappé vuelve a escena, y a mí solo me da pereza de imaginarme a todos los grandes medios de desinformación inventándose informaciones sobre cómo realiza las operaciones don Florentino Pérez, así como tragarnos el papelón del francés una vez más. Suficientes ridículos se han vivido, y no por parte del Real Madrid, sino por la del atacante del P$G y su familia, que no sabemos si quieren estropearle el sueño a su hijo, o es que este nunca ha existido, que también podría ser. Si bien en la infancia lo primero que aprenden los niños es a soñar con el futuro que más les gustaría, la vida adulta es completamente diferente.

Como seres humanos amorales, los pequeños expresan lo que más les gustaría en el mundo, sin importar las razones, las causas o las consecuencias. Simplemente... es así, y si no gusta, siempre habrán sueños que lo hagan. En el caso de Mbappé, ya queda menos tanto para comenzar un nuevo periodo de ofertas, de rechazos y aceptaciones, así como para finalizar de una vez por todas si la gloria del Real Madrid, la misma que se respiraba incluso cuando las legiones romanas cedieron en el Bosque de Teutoburgo tres águilas que se perdieron para siempre, pesa más que el poder del dinero.

En cualquier caso, la vida sigue, y hemos encontrado en Jude Bellingham una luz pura y realmente madridista, algo que también hicimos con Vinicius Jr anteriormente. La familia que se ha formado en el vestuario blanco es algo a mencionar, y es que el francés, amigo de varios de ellos (el clan brasileño), seguramente encajaría de lujo, pero... ¿y si no?


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