Los tiempos verbales de Rodrygo

Rodrygo no sabe lo que ha hecho en las últimas horas. Lo primero que pensé al escuchar sus declaraciones en DAZN es que quizá no quiso decir lo que dijo. Pobre de mí. Hay que tener en cuenta que ese mismo medio de comunicación manipuló unas palabras del árbitro del UD Las Palmas - Real Madrid para dejar en mal lugar al equipo de Ancelotti. Partiendo de esa base, he de reconocer que no me parecían para tanto, pero el revuelo que ha generado Rodrygo después de ese cebo sí que me ha llamado mucho la atención.

Si en lugar de retuitear mensajes o de publicar otros en redes sociales, se hubiera limitado a no decir absolutamente nada, la polémica habría durado apenas unas horas.

¿SABE LO QUE ESTÁ HACIENDO?

Soy de los que piensa que cuando un futbolista no está cómodo en un lugar debe buscarse la vida en otros equipos. Me da igual que lo hagan a través de medios de comunicación, pero transmitir esos mensajes a pocos días de una final de la Champions League no me parece lo más inteligente. Anoche, lo último que hice antes de dormir fue leer un nuevo mensaje de Rodrygo en redes sociales. Me parecía absurdo que insistiese todavía más en el asunto, pero me dejaba a las claras que sabía perfectamente el lío que él mismo había montado.

Esta misma mañana, leo otras declaraciones en las que dice lo siguiente: "Me quiero quedar aquí siempre que sea importante". Habla muy bien de su ambición, efectivamente, pero entonces carece de más sentido aún que intente vender la imagen de que se quedará pase lo que pase en el Real Madrid.

Si uno se quiere ir, que lo diga a las claras como lo hizo Cristiano Ronaldo. Lo que no puede hacer Rodrygo es decir una cosa, la contraria y después lo primero en unas pocas horas. Esa toxicidad no debería ser propia del mejor club del mundo.