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Modric, gracias por todo, pero…

de Aitor Bris
Luka Modric, Real Madrid

Cuando hablamos de Luka Modric lo estamos haciendo de una de las grandes leyendas del fútbol internacional. Y sinceramente, es un honor enorme que el futbolista croata haya hecho gran parte de su carrera en el Real Madrid. No es solo estamos hablando de una de las grandes estrellas en la actualidad sino también de toda la historia. La magia que atesora en sus botas está fuera de toda duda, pero como a todo jugador y persona, el ocaso acaba llegando y hay que saber cuándo despedirse.

Por ello me da mucha pena tener que escribir este post, porque hablar de Modric es hacerlo de uno de los mejores jugadores de la historia del Real Madrid. No hay nada como ir al Bernabéu con la ilusión de poder ver magia como la que nos ha brindado el croata en esta última década. Pero todo tiene su final y si queremos recordar lo bueno por encima de lo malo, ha llegado la hora de decir adiós.

UNA TEMPORADA DE DESPEDIDA

Esto es así y hasta Carlo Ancelotti lo sabe. No jugó ni contra Las Palmas ni contra el Girona en dos partidos imprescindibles para que el Real Madrid recuperase el liderato. Seguramente sí que lo haga contra el Nápoles y puede que incluso de titular viendo el descanso que tiene en sus piernas, pero al final la evidencia manda y Modric no está para jugar varios partidos seguidos con el conjunto blanco.

Y lo peor de todo ello es que parece que la postura que tiene el futbolista es de resignación a la par que decepción. Le gustaría jugar más y es lógico tratándose de un ganador nato, pero tiene que ser consciente de que ha llegado el momento de dar un relevo generacional a los más jóvenes y talentosos. Por ello, esta temporada debe ser la de las ovaciones a Modric, la de disfrutar de cada pase y regate que haga en sus minutos tanto en el Bernabéu como fuera de él porque hay que agradecerle mucho, pero hay que ser consciente de que hay que dejarlo marchar.


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