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¿Nadie mira por los jugadores?

de Daniel Cayetano
Real Madrid

¿Cuándo van a darse cuenta de que la salud de los jugadores debe estar por encima del dinero? 122 lesiones (85 de ellas musculares) entre septiembre y octubre, solo en Primera División, ha contabilizado el doctor Ripoll en su último artículo para el diario Marca. Una auténtica locura, consecuencia del terrible y vertiginoso calendario que tienen que afrontar los equipos. Giras de pretemporada contra rivales muy exigentes, demasiados compromisos internacionales... Y encima ahora los partidos son de más de 100 minutos en muchos de los casos y se avecina un Mundial de Clubes con hasta 32 equipos en 25.

Para que se hagan una idea, la temporada pasada, un internacional del Real Madrid, al que solo le faltó la final de Champions en su calendario, tuvo la posibilidad de jugar 76 encuentros sumando los compromisos de las selecciones y todas las citas de las competiciones a nivel de clubes. Una barbaridad.

Los futbolistas y entrenadores ya están mostrando su enfado. "Están mandando a los jugadores al matadero", llegó a decir recientemente Maurizio Sarri. "Jugamos demasiados partidos y se materializa a través de lesiones, hay que dar un golpe en la mesa", avisó Tchouaméni. "Hay que pensar en los jugadores, porque si ellos se cansan, no hay nada que hacer", apuntó Ancelotti. "Si no está Courtois, Militao o Kevin De Bruyne, pues ya habrá otro porque show must go on. Esto es una batalla perdida hasta que los jugadores se planten y digan 'no jugamos'", destacó Guardiola.

A ninguno le falta razón. ¿Cuánta carga más van a tener que soportar? ¿Hasta dónde vamos a llegar? Incluso nosotros, como aficionados y amantes del fútbol, debemos elegir entre calidad o cantidad. Yo prefiero lo primero. ¿De qué sirve ver muchos partidos si no van a estar todas las estrellas por lesión o por descanso? ¿Es bueno sobrecargar el calendario, con los problemas que eso conlleva? Y no me vale el discurso de "con lo que ganan...". La salud es lo primero, en el fútbol y en la vida. Menos partidos innecesarios y más mirar por unos futbolistas cada vez más enfadados y con los niveles de paciencia al límite. 


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