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No hay palabras para describir tanta grandeza

de Javier Rubiano

Confieso que estuve un buen rato pensando el titular de este artículo, pero fui incapaz. Básicamente porque es imposible describir con palabras la grandeza del Real Madrid, del Santiago Bernabéu, en la Copa de Europa. Los aficionados del PSG todavía están preguntándose cómo se les pudo escapar la eliminatoria hace un mes. Los del Chelsea, supongo, estarán igual.

Porque lo de ayer fue otra noche para el recuerdo del madridismo. El Real Madrid parecía tener un pie en semifinales gracias al 1-3 de la ida, pero el equipo no se presentó al partido hasta que Werner puso el 0-3 en el 75'. A partir de ahí, Rodrygo empató de nuevo la eliminatoria... Y yo creo que todos tuvimos el convencimiento de que íbamos a clasificarnos para semifinales. Porque la mística que tiene este bendito club con esta competición no tiene sentido. Somos los Reyes de Europa por noches como la de ayer. El Real Madrid puede estar haciendo un partido horrible, pero tienes que matarlo varias veces antes de darlo por muerto.

Y claro, cuando las fuerzas empezaban a fallar, emergieron futbolistas legendarios para sostener al Real Madrid. Empezando por Luka Modric. Qué jugador. Qué leyenda. De la nada se sacó un centro con el exterior para asistir a Rodrygo en el 1-3. Un pase que merece estar expuesto en el Museo del Prado. Y luego está Karim Benzema, quién si no tenía que marcar el gol que sellase el billete para semifinales.

En fin, que entre unas cosas y otras, estamos a solo tres partidos de levantar La Decimocuarta en París. Que pase el siguiente. 


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