¿Qué hacemos con Ceballos?

Dani Ceballos ha vuelto a jugar con el Real Madrid después de que la última vez fuera en abril de 2019. Fueron apenas cuatro los minutos que disputó ante el Alcoyano en dieciseisavos de final de la Copa del Rey, donde el centrocampista se mostró activo y con ganas de participar en el juego blanco. Se ofrecía constantemente en el medio del campo y quiso tocar todos los balones posibles antes de que finalizara el encuentro. Su futuro parece sentenciado a marcharse del Real Madrid, pues acaba contrato en 2023 y es un momento clave para definirlo este año. El Real Betis sería su club de retorno. 

Otra cosa no, pero calidad tiene mucha el utrerano. Aparcado queda el percance con Ancelotti en El Collao, pues el entrenador italiano es consciente de que los futbolistas, antes de nada, quieren jugar. Sacando la parte positiva de este aspecto está que Ceballos quiere demostrar, antes de su más que probable salida del club, que tiene hambre y que no se esconde, que quiere jugar. Mejor eso que no esconder la cabeza o demostrar una desidia absoluta. Porque disputar -aunque sea- cuatro minutos defendiendo la camiseta del Real Madrid es todo un privilegio, y Ceballos lo sabe.

Es difícilmente sostenible que permanezca en una plantilla donde la CMK es hegemónica en el medio, y donde Valverde y Camavinga están en la parrilla de salida para aprovechar los minutos que no puedan jugar Casemiro, Kroos o Modric. Las lesiones tampoco le han acompañado, y menos esta temporada, pero aún tiene tiempo de demostrar que sigue siendo ese jugador que soñaba con vestir los colores del Real Madrid.