Reyes de la Champions pase lo que pase
Fue el deleite del mundo futbolístico. El mejor partido que se puede ver a día de hoy. Real Madrid - Manchester City. Manchester City - Real Madrid. 3-3 y todo por decidir en el Etihad Stadium. Un lujo de contragolpes y golazo tras golazo en un fútbol cada vez más analítico y pausado. Ayer, hasta Guardiola se desmelenó -a su manera- y disfrutó de dos trallazos de Foden y hasta de Gvardiol: "¿Qué influencia tengo yo en el gol de Foden, en el de Gvardiol, o Ancelotti en el de Valverde?". Ayer ni los habituales protagonistas acapararon las luces. Todo fue fútbol.
Vaya maravilla en el Bernabéu y vaya sufrimiento se prevé para la vuelta. Porque sí, queda otro partido. Este Madrid - City dejó un sabor de boca a final, sin contemplaciones, sin 'vueltas' en la mente de ningún jugador. No se negoció el esfuerzo colectivo del Real Madrid en defensa, con Rodrygo y Vinicius como un centrocampista más para renunciar a lo que más les gusta. Rüdiger, imperial. Todavía se espera a Haaland, pero no lo vayamos a decir muy alto... Kroos robando a diestro y siniestro, grandes minutos de Modric desde el banquillo... Y la consagración de Camavinga. Qué partido, qué personalidad del francés. El gol fue ayuda de Días pero, ¿qué más da? No se puede empañar una actuación majestuosa entre los reyes de la Champions. Pase quien pase, Real Madrid y Manchester City han demostrado en 90 apasionantes minutos ser los mejores del mundo.
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