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Sin margen de error

de David Dieguez

Una de esas noches especiales, míticas y con olor a noche de Champions es lo que se vivirá en el día de hoy con el Alfredo Di Stéfano como escenario. El feudo de nuestro filial tendrá ante sí la mayor gala de su historia y tendrá que hacer las veces del Santiago Bernabéu. Ese aura ganador, ese ambiente de las remontadas que todos conocemos, tendrá que sentirse ante un Inter que llega con la misma necesidad de hacer puntos. El Real Madrid se juega la vida en su competición fetiche, en un grupo en el que los dos supuestos favoritos son quienes más están sufriendo para pasar de ronda.

Es el momento de dar un golpe encima de la mesa, de valorar si las sensaciones positivas que se acumularon los días del clásico, la segunda mitad del Gladbach y el gran encuentro ante el Huesca, han servido para algo o realmente eran simplemente un espejismo. Hoy no vale fallar, y la diferencia con respecto a las anteriores fechas claves, es que en este caso una derrota te puede dejar fuera de la máxima competición, algo que no recordamos en la época reciente del Real Madrid.

Si los jugadores están enchufados, exhiben el buen juego que ya hemos visto en tramos de este curso, le añaden la concentración defensiva de la temporada pasada y un Hazard inspirado, los merengues serán perfectamente capaces de llevarse el triunfo. Probablemente sea la última bala, la que nos dará lo posibilidad de pensar incluso en ser primeros de grupo, o la de empezar a pensar en Europa League. Partido clave.


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