Un nuevo dilema para Ancelotti en el Real Madrid
El Real Madrid ha tenido un gran problema que ha convertido en cierta virtud durante las últimas semanas. La derrota en el clásico liguero ante el FC Barcelona provocó que el conjunto blanco diese prácticamente por claudicada la temporada en el campeonato liguero. Justo después llegó el parón internacional que se llevó consigo a una gran serie de jugadores del cuadro merengue mientras Carlo Ancelotti tenía la vista puesta en el siguiente compromiso liguero ante el Real Valladolid.
CAMBIO DE INTENCIONES
Aquel partido ante los pucelanos se saldó con una gran sorpresa en el 11 inicial, ya que se apostó con dos centrocampistas y cuatro delanteros en la formación de inicio. Este cambio de sistema funcionó a la perfección con una gran victoria en el Santiago Bernabéu ante el Real Valladolid, pero la realidad fue que tan solo cuatro días después el Real Madrid volvería a su alineación habitual para doblegar y golear al FC Barcelona en el Camp Nou en Copa del Rey.
Contra el Villarreal la dinámica iba a ser la misma que contra el Real Valladolid, seguir con experimentos con el objetivo de trabajar y dar descanso a los pilares del equipo pensando más en el Chelsea que en el partido de liga. Pero en este caso la cosa no funcionó de la misma manera.
UN DILEMA PARA ANCELOTTI
En vistas a esto, Ancelotti debe decidir algo que puede marcar el devenir de la temporada. Con un partido marcado en rojo como es el del 6 de mayo ante Osasuna por la final de la Copa del Rey, habría que sumar el doble compromiso ante el Chelsea y lo que pueda llegar en Champions League como partidos importantísimos.
Sin embargo, viendo lo que ha estado haciendo el técnico italiano con el Real Madrid en las últimas semanas, se tendría que tomar una decisión con lo que se hará en la liga, ya que todavía faltan 10 partidos para finalizarla y dos meses de competición, por lo que todo sigue siendo posible tanto para bien como para mal y las rotaciones podrían tener su fin más pronto que tarde, aunque la pelota está en el tejado de Carletto.