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Un Real Madrid bajo mínimos

de Javier Rubiano
Zinedine Zidane, Real Madrid

La afición del Real Madrid se ha acostumbrado en los últimos años a ver un juego plano, soporífero incluso en algunos tramos. A los blancos les cuesta mucho sacar los partidos adelante. El último ejemplo lo encontramos en el partido de ayer ante el Elche, un equipo con el que los de Zidane ya se dejaron dos puntos en la primera vuelta y con el que estuvieron a un paso de tropezar otra vez. 

¿Se acuerdan del último 4-0 a favor del Real Madrid? ¿O de un 5-1? Hay que reconocer que esa época en la que el Real Madrid era una máquina ofensiva ha pasado a mejor vida. Concretamente desde que Cristiano Ronaldo abandonó Chamartín allá por julio de 2018. Esta temporada, el cuadro 'merengue' las pasó canutas incluso para pasar de fase de grupos de la Champions League; en Copa del Rey nos eliminó un Segunda B como el Alcoyano; y LaLiga está prácticamente perdida -salvo milagro- por habernos dejado demasiados puntos contra los rivales teóricamente más asequibles, véase Cádiz, Alavés, Levante, Elche u Osasuna.

Más allá de la falta de gol, que es evidente, al Real Madrid también le falta juego. En los últimos tiempos, como he mencionado al principio, nos hemos acostumbrado a presenciar un juego plomizo, aburrido. Ayer tuvieron que salir Kroos Modric a poner orden porque -otro de los puntos débiles- no hay 'plan B'. No existe. Los últimos mercados de fichajes han debilitado cada vez más la plantilla. Por suerte, solo quedan tres meses para que el verano dé el pistoletazo de salida y Florentino Pérez lo arregle con Haaland, Mbappé, Cristiano o quien sea.


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