.

Juicio a Benzema

de Jorge Calabrés

Benzema es culpable. Algunos medios han aprovechado que el Pisuerga pasa por Valladolid para condenar sin derecho a defensa al galo. Da igual lo que diga la familia de su íntimo amigo Valbuena. Da lo mismo lo que decida la justicia francesa en un extraño, y con muchos interrogantes aún, chantaje. La presunción de inocencia no existe para el jugador del Real Madrid. Pase lo que pase mediáticamente ya ha sido condenado el mismo día que se conoció su imputación en el caso.   

Duele saber que, sea cual sea la resolución del proceso judicial, la imagen del Real Madrid ya está dañada. Si Benzema es declarado inocente, los amigos de las conspiraciones volverán a hablar de una mano negra que ayuda al club madrileño siempre que es necesario. Solo con la implicación del internacional francés, la entidad blanca ha sufrido un duro varapalo extradeportivo. No hay remedio posible, la campaña está hecha. Volverán a atizar sin medida al Real Madrid y a Florentino Pérez, ese presidente molesto para los ansiosos de poder. 

No cabe duda de que una vez haya sentencia firme, el Real Madrid deberá tomas medidas con Benzema. Aunque sea declarado inocente, el mejor club del mundo no se puede ver envuelto en casos similares. Es hora de que el delantero se aleje de la polémica, de los líos y se centre única y exclusivamente en su carrera profesional. No se pueden tolerar más casos así. La precaución debe ser obligatoria para un jugador que porte en el pecho el escudo del Real Madrid Club de Fútbol. Sobra decir que, si fuera culpable, no debería vestir la camiseta blanca en ni un solo partido más. Pero, por ahora, no es momento de pensar en ello hasta que el juez no se pronuncie de forma definitiva. 

Tras escuchar la versión de Benzema, y con más datos de los que disponemos todos los periodistas patrios juntos, el Real Madrid ha decidido apoyar públicamente a su jugador. Bien hecho. Es hora de la zanahoria y no del palo. La entidad blanca no puede dejar tirado a un trabajador, y una de sus máximas estrellas, cuando vienen mal dadas. La actuación del club madrileño ha sido intachable y ha estado a la altura de las expectativas. 

Menos afortunados han estado los compañeros de Karim. Solo Álvaro Arbeloa, ¡oh capitán, mi capitán!, se ha expuesto públicamente apoyando y defendiendo al francés en las redes sociales. Una nueva lección de liderazgo, de vestuario y de amistad. El lateral fue llamado "tribunero" y otras lindezas varias cuando pidió al Bernabéu un aplauso para Benzema después de que se escucharan algunos pitos tras un claro fallo del galo. Ahora todos esos pintamonas han quedado retratados. Sus niños bonitos no han aparecido y solo el de siempre ha dado la cara. El que habla en los malos momentos, no en las victorias. 

En un país acostumbrado a un juicio mediático paralelo al que se realiza en los tribunales es difícil pedir prudencia y calma. Pero no por ello deja de ser obligatorio desde el aspecto ético, moral y, el más importante, humano. No despellejen todavía a Benzema. No, todavía no le maten. Esperemos a que la justicia acabe con las investigaciones y se pronuncie. Confiemos en la labor del juez y de la policía francesa. Y, de igual modo, no caigamos en las conspiraciones facilonas utilizadas por otros clubes y su prensa afín para tapar las vergüenzas y defender a sus jugadores. Simplemente esperemos. Simplemente confiemos en la justicia. 


Otras noticias
PUBBLICITÀ