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La décima revelación

de Jorge Calabrés

Las finales, al igual que los buenos vinos, hay que dejarlas reposar para poder paladear con maestría y sacar así lo mejor de sus sabores. Los posos de la gran cita de Lisboa nos indican que la cosecha de 2014 sea quizá la mejor de la historia del club blanco, tanto por la forma de conseguir el título como por el significado de la 'Décima'. 

Cuatro días después todavía es difícil encontrar las palabras exactas para describir lo que se vivió en la capital lusa el pasado sábado. Una suma de emociones pero un solo sentimiento, el amor hacia el Real Madrid de los miles de aficionados que se dejaron la garganta en Da Luz y en las horas previas al partido.

Orgullo sienten los madridistas tanto por su afición como por los jugadores que representaron en el campo a las mil maravillas el escudo que llevaban sobre el pecho. La casta del Real Madrid volvió a aparecer en el cabezazo de Sergio Ramos y en una prórroga de imborrable recuerdo. El cántico de 'sí se puede' que salió de la grada blanca durante toda la segunda mitad y que se entonó también en el minuto 93, justo antes de que Modric botara un córner para la historia, representa aún mejor que el nuevo himno lo que significa el Real Madrid Club de Fútbol. 

Mal aquellos que fueron a Lisboa para sentarse en su butaca y permanecer impasibles durante los primeros 90 minutos. Ni un cántico, ni un señal de apoyo y lo que es mucho peor, desoyendo las reprimendas del anfiteatro madridista que pedía a ese sector que diera también un pequeño empujón a un equipo necesitado de su hinchada para remontar. Hay cosas que nunca cambiarán, pero el Madrid debe ser lo primero, y en ese momento los once jugadores necesitaban más que nunca esos gritos de aliento que algunos les negaron para comer su bocata y mostrar su pancarta a 'Los Manolos' ante las cámaras. 

La noche de Da Luz fue la particular décima revelación del Real Madrid. Al igual que la novela de James Redfield sirvió para explicar una visión de la historia del hombre y de su misión en la Tierra, esta Copa de Europa cierra el círculo del madridismo. Inexplicable este sentimiento si no viviste un día tan épico como el de Lisboa. Es imposible condensar mejor en tan poco espacio los 112 años de historia del club blanco. ¿El final? El final siempre es el mismo, el Real Madrid levantando una 'Orejona'. Esa es la misión de esta institución y para eso fue creada. Para ganar... y nada más. 


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