La 'Décima', una injusticia
Una semana después de la consecución de la 'Décima' por parte del Real Madrid, se pueden establecer las verdades absolutas que surgen como fruto de la división que sufrió España el día de la final: una mitad madridista y la otra, antimadridista.
La primera, y la más repetida de todas: el Real Madrid ganó la Champions porque son ricos. Verdad absoluta. Bayern, Borussia, PSG, Juventus, Chelsea, Barça… son pobres. El único que tiene dinero en el mundo del fútbol es el equipo blanco. La 'Décima' llegó después de tropecientos millones gastados. ¡Menos mal que no podemos calcular la cifra de millones que se ha gastado el Atlético de Madrid desde su nacimiento allá por el siglo XX para conseguir un rosco en cuanto a Copas de Europa se refiere! O mejor pasar a un segundo plano los millones que gastó el Barcelona para irse con las manos vacías en esta temporada. O callar ante el castigo por dinero que sufren dirigentes de equipos que compiten en Europa como Nasser Al-Khelaïfi, jeque del PSG, o Román Abramóvich, propietario del Chelsea.
Otra de las excusas se basa en los minutos añadidos del árbitro. El tiempo que objetivamente perdió el Atlético de Madrid superó los cinco minutos. Aun así, Sergio Ramos marcó el gol habiendo transcurrido 2 minutos y 48 segundos. ¿Acaso, pese a saber que se perdieron cerca de seis minutos, el árbitro cometió una injusticia al añadir más de 2'48"? Peor aún es que los que critiquen el añadido sean los que se han pasado toda la temporada perdiendo tiempo para acotar las reacciones de los rivales.
Pero existen otras muchas. Y no sólo excusas. También discursos en aras de menospreciar o quitar méritos a la victoria aplastante del Real Madrid. ¡Cristiano no celebró el gol de Ramos! Injusticia. Y encima se quitó la camiseta, como si fuera Forlán contra el Fulham en la Europa League o Iniesta en Stamford Bridge. "El Madrid ganó porque el Atleti estaba muerto físicamente y el Madrid no", culpa del Real. O comentarios acerca de la indignidad de la hinchada del campeón de Europa que ha sido recientemente sancionada por racismo, prácticas muy diferentes a la de Busquets con Marcelo o a la de la afición del Atlético de Madrid con Diop, cuya única diferencia existe en la sanción a uno, y a otros no. O acerca del choque de manos entre Florentino y Aznar, ¡ni que fueran Zapatero y Laporta! O mucho peor el tribunero comportamiento de Xabi Alonso en el gol del Madrid, muy diferente a la impecable conducta del Cholo Simeone y su honorable pase a la cabeza de Varane o la posterior felicitación efusiva que protagonizó con el partido en juego a éste.
Lo dicho, el Madrid fue injusto campeón. Y encima, deshonroso.