La sombra de Queiroz
El estado de felicidad en el que vive instalado el madridismo en estos casi tres meses en los que el Real Madrid solo conoce la victoria parece no tener fin. Carlo Ancelotti ha construido un equipo sólido que comienza a jugar de memoria y amenaza con romper todos los registros posibles en este curso. Un equipo que, sin embargo, en Málaga comenzó a mostrar signos de agotamiento físico en la segunda mitad, donde únicamente el gol de Bale evitó apuros mayores.
Carlo Ancelotti ha demostrado ser un sensacional gestor del vestuario desde que llegó a Madrid, capaz de manejar egos y debates resueltos con mano izquierda. El único ‘pero’ que se le achaca al técnico italiano es su escaso uso del banquillo más allá de compromisos ya decididos como el que enfrenta al Cornellá en Copa del Rey. El once habitual del equipo se recita de memoria y apenas se introducen variantes en los minutos finales de cada partido con los ‘Chicharito’, Nacho y compañía. Las recientes declaraciones de Kroos aludiendo al cansancio acumulado han puesto la alarma en todo esto.
Algo que preocupa al aficionado blanco, que comienza a echar la vista atrás y recuerda una situación similar hace justo diez años. En la temporada 2003/2004, con Quieroz a los mandos de la nave blanca, el Real Madrid también completaba una temporada brillante hasta que se le acabaron las pilas en el mes de marzo. Lo que pudo ser un triplete histórico acabó convertido en un batacazo histórico con eliminación del Mónaco en Champions League incluida.
El técnico de la ‘Décima’ merece toda la confianza tras haber construido un equipo histórico al que es muy difícil poner límites y obtener un merecidísimo reconocimiento en la nominación a Entrenador del Año por la FIFA. El siguiente reto al que se enfrenta será el de mantener el buen momento de forma de un equipo que necesitará llegar con velocidad de crucero cuando en primavera se comiencen a decantar todos los títulos de la temporada.