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Las manos blandas de Casillas

de Jorge Calabrés

Iker Casillas firmó su setencia ante el Schalke. El guardameta falló en una noche de Champions, de las de tronío y máxima exigencia. Erró en los tres primeros goles del conjunto germano, evidenciando una vez más que ya no tiene el nivel para ser titular en un club como el Real Madrid. La época del capitán es historia. El fútbol no tiene memoria, se vive del presente. Urge que Florentino Pérez busque un nuevo dueño para la portería más difícil del mundo. 

Contra el Schalke no fue una cantada más, sino todo un festival capaz de hacer competencia a Eurovisión. A pesar de ello, la campaña no cesa y alguno ya se apresuró en decir que Casillas había salvado al Madrid. ¡Por dos paradas! ¡Y ninguna de gran mérito! Se recuerda que, de momento, la UEFA no ha prohibido al equipo blanco jugar con portero. Es más, lo normal y exigible, es que el guardameta realice alguna parada de vez en cuando. 

Un horrible Real Madrid se asomó al precipicio empujado por Casillas. Fue el capitán madridista el que llevó a su equipo a una situación dramática y peligrosa en los últimos minutos. Cierto es que, salvo Cristiano, ningún jugador merece ser salvado de la quema, pero con uno de los diez mejores porteros del mundo el Madrid no hubiera llegado a pedir la hora.

Todos fallaron, pero Casillas más que ninguno. Los gritos de "fuera, fuera" al término del partido dejan a Ancelotti al borde del abismo con el antiguo 'Santo' como extraño compañero de viaje. Cristiano salvó al Real Madrid de una caída mortal, a pesar de que el técnico italiano y Casillas estuvieron a punto de suicidar al actual campeón de Europa. 

El Real Madrid quiere repetir la hazaña de la pasada temporada: ganar la Champions sin portero. Lo que sucede es que cada año que pasa es más difícil y las cantadas ahora llegan desde octavos. Con manos blandas por duplicado, en el banquillo y en la portería, el reto se vislumbra casi como imposible. 


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