¿Leones o huevones?
Como si del peligroso y pelirrojo de 'león como gamba' se tratase. Como si de los coristas de Vicente Fernández se tratase. El madridismo parece que no hace otra cosa que llorar y llorar olvídando de que con o sin Modric y con o sin Bale, sigue siendo el rey.
Olvidar lo que la palabra Real Madrid lleva intrínseca en su ser es una auténtica locura. Echarse en brazos de la tristeza y de la desesperación por la baja de dos pilares fundamentales es caer en algo que no cabe en ninguna de las curvas de un escudo que no frena por nada y por nadie.
Todas esas lágrimas han de caer en un vaso medio vacío para que sean bebidas antes del duelo con un par de hielos y rebajadas con Four Roses. Sin Pepe y sin Alonso ganó la Décima y sin Cristiano, una de las mejores copas del rey de la historia. Basta de llantos. Déjese atrás el 'gatillazo' mental que emanó tras ver a Bale primer y a Modric abatidos por sus músculos.
El rival que espera a los blancos es tan potente que la desesperación y la negatividad no tienen espacio en Padre Damián. El 'ganar, ganar y ganar' que afirmó Luis Aragonés, lapidaria aprendida en la escuela blanca, es el único pensamiento que puede y debe rondar la cabeza de la plantilla y de los aficionados.
El optimismo de ver que bajas de peso en el Madrid no abre sino hueco a talentos puros como Isco o Illarra ha de ser hecho de orgullo y de satisfacción. ¿Leones o huevones? que diría Eduardo Gómez... ¿la elección? en cada casa,
PD: "El optimismo es la fe que conduce al éxito. Nada puede hacerse sin esperanza y confianza". Helen Keller