.

Los 'valors'

de Francisco José Reina

Cuando se enarbola un club con banderas discursivas falsas, basadas en el interés de promover valores moralistas se corre un grave peligro, que además es constante. El Barça nunca tuvo un valor identitario y se empeñó en hacer suyo uno que hace tiempo que le da la espalda. La ejemplaridad y la ética plantaron la señal de stop al tiempo de la conversión de la implantación de un alegato en diatriba contra los inteligentes.

No era consumible una homilía modélica en un club que protagonizaba portadas de periódicos por sus escándalos fiscales, evasiones y fichajes tramposos. Tampoco se compraba el discurso de los archiconocidos 'valors' promulgado por los jugadores cuando ellos mismos defendían que un compañero pisara la cabeza de un jugador rival o que lo insultara por ser negro. Su alegato más valioso, el de la cantera, también se ha visto destruido por los tahúres que al mismo tiempo que divulgaban orgullosos la idiosincrasia y el trato en La Masía, vendían a Cesc al Chelsea y fichaban a Ter Stegen, Claudio Bravo o Ivan Rakitić en detrimento del filial y sus jugadores. Y, como no podía ser de otra manera, sin nadie que les juzgara y señalara por no hacer lo mismo con Beñat, Cazorla, Silva o Mata como se hace por decreto en cualquier fichaje del Madrid.

Defendiendo el fair-play y posicionándose en contra de cualquier conducta violenta, haciendo discursos evangelizadores, la directiva que los utilizaban hoy se interesa por el jugador más polémico de los últimos días: Luis Suárez, llegando incluso a justificar sus surrealistas tropelías. Las portadas de los medios blaugranas pasaban de criticar y de vincular los comportamientos del uruguayo al Real Madrid con el ánimo de cumplimentar su objetivo máximo, destruir al Real Madrid, a pedirlo como fichaje añadiendo coletillas como "aquí tuvimos a Stoichkov y fue un ídolo".

Atrás quedan las peticiones para expulsar a Pepe del país y muy atrasados quedan los artículos que señalaban las "lacras para el fútbol" y denunciaban "este tipo de conductas que forman parte de un cáncer de la justicia deportiva", como el propio Rubén Uría hacía antes de la vinculación de Suárez con el Barça, que cambió su perspectiva haciendo que clamara contra la sanción al jugador. Los valores no se han destruido en la ciudad condal, porque hacerlo implicaría que alguna vez hubiesen sido reales, y nunca lo fueron.  


Otras noticias
PUBBLICITÀ