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Lucas Vázquez, el ejemplo a seguir

de Jorge Calabrés

Pocas lecturas positivas se pueden sacar de la victoria del Real Madrid ante el Levante. Hubo más actitud que en otros encuentros, aunque el juego no es que mejorara precisamente.  Sin brillo y con medio equipo acalambrado, evidenciando un grave problema físico, Lucas Vázquez se erigió como el ejemplo a seguir por el resto de sus compañeros. La entrega del gallego mostró la intensidad que debe tener todo jugador del equipo blanco. Corrió, presionó, defendió y hasta provocó un penalti. Un completo encuentro del canterano que sacó las vergüenzas a otros jugadores con más nombre pero con mucho menos autosacrificio.  

También aprobó con nota Borja Mayoral. Provocó el segundo gol de los de Zidane, aunque finalmente fue obra de Mariño en propia puerta tras golpear en el palo primero y después en el cuerpo del portero. Lucas y Mayoral, dos hombres de la casa y que apagaron en Valencia el incendio que se preparaba en el Bernabéu para el próximo sábado contra el Celta.

El Madrid ganó pero no convenció. La Liga se le va a hacer muy larga al equipo blanco. Sin opciones de lograr el título, cada jornada va camino de convertirse en una penitencia obligatoria. Pero no pueden caer Zidane y los suyos en la desidia o la situación empeorará y la crispación crecerá en un madridismo cabreado y alicaído. La Champions League está ahí aunque los problemas musculares acongojan antes de la parte más exigente de la temporada. Tras dos meses sin partidos entre semana, se hace más difícil de comprender el mal estado física de la inmensa mayoría de los jugadores merengues. También deberán mejorar en actitud. Y ahí, al menos, Lucas Vázquez ha marcado el camino.  


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