Luis, hay piezas del puzle que no terminan de encajar
Esta mañana hemos conocido lo que ya era un secreto a voces, la destitución de Robert Moreno y la vuelta de Luis Enrique Martínez a la Selección Española. Luis Rubiales y Francisco Molina han comparecido en una rueda de prensa repleta de periodistas en lo que debería haber sido un día de celebración por el retorno de uno de los mejores técnicos del mundo a su combinado nacional. Lejos de eso, han sido palabras vacías para justificar la salida de Robert por la puerta de atrás.
La mejor noticia del día es la vuelta de Luis Enrique, sobre todo a nivel humano, pues es fantástico que el asturiano se vea capacitado para volver a ejercer un cargo de la presión y cualificación que requiere la dirección técnica de una selección, de eso no cabe duda. La gran duda es si nos han contado toda la verdad sobre el caso desde el primer momento. ¿Por qué Robert Moreno decide no hacer declaraciones anoche, si supuestamente ya era consciente de que si Luis Enrique volvía era él el prioritario? ¿Cuál es la razón de que esta mañana no se haya presentado a la reunión con su presidente?
Estas dos preguntas son las piezas del puzle que no encajan. Una hora y media de declaraciones en las que ni presidente ni director deportivo han sido capaces de dejar claras las cosas. Robert tenía la lista prácticamente encarrilada, con el único cambio de Dani Olmo con respecto a la última convocatoria, y ahora se truncan todos sus planes. "En el momento en el que Luis Enrique quiera volver, yo daré un paso a un lado." ¿Qué ha cambiado desde entonces? Bien, desde un punto de vista personal, creo que aquí han trascendido realidades paralelas. Hay algún conflicto entre alguna de las partes que no se nos ha enseñado. Moreno estaba haciendo un gran trabajo, y, si hubiera tenido su papel tan claro, no habría pasado esto. Vuelve a nuestra selección un entrenador con un currículum envidiable y totalmente capacitado para todo, pero se marcha sin hacer ruido un "interino" que supo aprovechar su oportunidad a las mil maravillas.
Parece que Rubiales se empeña en no dar continuidad a sus seleccionadores cuando más ganas de triunfar tienen y más preparados están. Quizás si algún día decide proponer estabilidad, nuestro combinado nacional volverá a lo más alto. Hay algo que no cuadra. Dicho esto, bienvenido de vuelta, Luis Enrique.