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Marianismo, salmón noruego y los Zidane

de Jorge Calabrés

Un pantera pasó por el Bernabéu en el trámite contra la Cultural Leonesa y con la mente ya puesta en El Clásico. Mariano demostró que el Real Madrid, y Zidane en especial, tiene plan B para la batalla del Camp Nou. El canterano logró un hat-trick y seguro que conquistó a varias novias más de los ya innumerables clubes que han llamado a la puerta de Florentino Pérez. En verano apostó por quedarse y cumplir su sueño de vestir la camiseta blanca. Cada vez que ha salido, que no ha sido en muchas ocasiones, ha cumplido con nota y es sin duda un referente para la cantera por su esfuerzo y trabajo. En enero Dios dirá, pero mientras el internacional dominicano se ha empeñado en ganarse la confianza de Zidane.

La tarde también tuvo su degustación de salmón noruego. Odegaard, el imberbe jugador que ha sido maltratado por una parte de la prensa deportiva, dejó detalles del proyecto de gran jugador que es. Sin la mayoría de edad aún cumplida se encuentra haciendo la mili en el Castilla por los duros campos de Segunda B. Seguramente brillará más en cuanto pegue el salto de categoría, pero a la larga esta experiencia le servirá para convertirse en mejor futbolista. La paciencia es la madre de la ciencia y con Odegaard algunos se empeñaron en correr solo por su latente antimadridismo que se reproduce por esporas. 

Y la guinda a un partido perfecto la puso Enzo. Un Zidane volvió a marcar en el Bernabéu después de una década. Ahora con la leyenda convertida en entrenador, su hijo, aquel que lloraba a moco tendido el día de su retirada, tocaba la gloria vistiendo la camiseta con la que su padre se hizo eterno. La dinastía Zidane vuelve a reinar.  De apellido futbolístico Fernández, a sus 21 años Enzo amenaza con ser un jugador top de explosión tardía. Así lo fue, y asegura que su primogénito será igual, el ahora entrenador del Real Madrid en sus círculos más íntimos. Palabra de Zizou. Palabra de Dios. 


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