'Modricazos'
Luka Modric, Zadar, 1985. Un croata que llegó al Real Madrid en el verano de 2012 tras varias semanas de duras negociaciones con el Tottenham. El '19' blanco no tardó en ganarse a la afición, a sus compañeros, a los empleados y a un tal José Mourinho primero y a un tal Carlo Ancelotti después. En silencio, a pasitos pequeños pero muy rápidos, Modric se metió al madridismo en el bolsillo sin darse cuenta ni él, ni los aficionados del Real Madrid.
Aquel rubio de melena despeinada y con una cintita que evitaba que los pelos se le pusieran en la cara desprendía magia, casta y derroche físico, los valores del madridismo. Un jugador ejemplar. Discreto fuera del campo pero endiablado y eléctrico sobre el verde. Modric no se lleva los flashes, porque no van con él, pero su personalidad hace que se lleve los aplausos y el cariño de la gente.
El croata ya ha marcado siete golazos con la camiseta blanca y esos ‘Modricazos’ han enamorado aún más a los madridistas. Old Trafford presenció el primer ‘Modricazo’ blanco y el último ha sido El Madrigal. Entre medias, el Bernabéu tres veces, el Coliseum Alfonso Pérez y Parke Stadion. Siete ‘Modricazos’ desde fuera del área que nos hicieron levantar del asiento y gritar: ¡vamos Mooodric!
Discreto en sus celebraciones, en sus asistencias, pero siempre activo y participativo. Fiel a la filosofía del Real Madrid. Todo un caballero. Elegante como pocos y a la vez trabajador y luchador. Modric es todo un ejemplo de profesional y de los valores del madridismo. Así que Lukita, brindemos por muchos ‘Modricazos’ más.