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Piqué, la Selección y el Bernabéu

de David Berlinches

La relación de Piqué y el madridismo es, como mínimo, turbulenta. El central es barcelonista de cuna, que cada vez que tiene ocasión, muestra su antimadridismo con constantes menciones al Real Madrid y todo lo que ocurre a su alrededor durante, por ejemplo, celebraciones de títulos. Y en esta situación, Piqué tenía que acudir al Bernabéu.

La Selección debía jugar el 13 de noviembre en el feudo madridista un amistoso contra Inglaterra y, previsiblemente, Piqué estaría entre los elegidos. Sin embargo, las pitadas en León y Oviedo han puesto en alerta a Federación, que ha decidido cambiar a Alicante la sede del partido. Una decisión preventiva, para algunos, y cobarde, para otros.

De haberse jugado en el Bernabéu, dos opciones podían haber ocurrido. Por un lado, y como es de esperar, Piqué es pitado. Los madridistas allí congregados se acordarían del "boti, boti", "Kevin Roldán, contigo empezó todo" o "que se jodan los de Madrid". Sin embargo, también puede ocurrir que, ante un partido de la Selección, los aficionados que acudieran al encuentro, no solo madridistas, sean respetuosos y muestren un señorío que le ha faltado al catalán, apoyando al combinado nacional y olvidándose de todas las polémicas.

La Federación tiene miedo. No quiere que Piqué sufra otra pitada. Y, ante esta situación, decide llevarse el partido a Alicante. Puestos a evitar una pitada al central, que organicen el partido en el Camp Nou, donde sería aplaudido y vitoreado. Todo perfecto, si no fuera porque allí juega España desde a final de los Juegos Olímpicos de 1992 y, además, el himno recibiría una cantidad de pitos superior a la que el barcelonista recibiría en la capital.


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