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Pon un Luka en tu vida

de David Marcos

El Madrid de Laso y el Madrid de Benítez tienen algo en común. Un cerebro que pone las ideas de sus entrenadores sobre el campo. Uno, ya consolidado, es fundamental para que el club blanco vuelva a cosechar triunfos. El otro, una de las mayores promesas del futuro del baloncesto al que le da igual medirse a Bilbao Basket que a Fenerbahçe. 

Cuando el "Madrid de los pies" necesitaba un organizador, llegó un croata a finales del mercado que fue visto por algunos lumbreras como peor jugador de Song, o que un simple fichaje para tapar vergüenzas. Poco tardó ese rubito de melena al viento en demostrar que en sus botas radicaba todo el juego colectivo del mejor club del mundo. Al final se ha convertido en un jugador fundamental, sea quién sea el integrante del banquillo blanco. Primero Mou, luego Ancelotti y ahora Benítez han coincidido en una cosa: Modric es incuestionable.

En la otra sección aparece un joven de 16 años, que parece una reaparición de Bodiroga, Petrovic y Teodosic. Desde que era un chaval (más incluso que ahora), se ha enfrentado con rivales que le superaban físicamente, y ha destrozado a todos, dejando actuaciones de 60 de valoración y llevando al filial madridista a ser un coloso en la competición. Ahora, con los mayores, su desparpajo, calidad e ilusión han terminado por imponerse en la que debía ser una temporada de "adecuación". Le da igual medirse al Bilbao Basket que al todopoderoso Fenerbahçe, suyo es el futuro, y por lo que se, hasta el presente. Demos gracias los madridistas de poder contar con dos genios. Larga vida a Luka. 


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